La osteoporosis, definida como la presencia de un puntaje T igual o mayor a -2,5 (correspondiente a las desviaciones estándar de la masa ósea pico de la vida adulta), es uno de los padecimientos más frecuentes en mujeres con posmenopausia. Su consecuencia principal es el incremento en el riesgo de fracturas, tanto vertebrales como no vertebrales.
Los bifosfonatos pertenecen a las clases terapéuticas de primera línea para el tratamiento de esta patología; pueden ser administrados de diversas formas, desde las preparaciones orales semanales o mensuales hasta las formulaciones de uso anual por vía intravenosa. De estas últimas, el ácido zoledrónico posee eficacia demostrada en la reducción de fracturas vertebrales, de cadera y no vertebrales, y se considera una buena alternativa para la terapia con bifosfonatos.
A continuación revise las 5 claves para poder prescribir de forma adecuada este tratamiento farmacológico.
1. Selección adecuada del paciente.
El fármaco está indicado para el manejo de la osteoporosis o de personas con osteopenia con antecedente de fractura de fragilidad o con un puntaje de FRAX a diez años mayor a 3% para fracturas de cadera y mayor a 20% para fracturas mayores.
Por otro lado, las pacientes con una tasa de filtrado glomerular menor a 35 ml/min/m3 no deben utilizar el fármaco.
2. Aportar adecuadamente vitamina D, calcio e hidratación antes y en el día de la administración.
Se establece que alrededor de 5% de las pacientes que reciben la infusión con el fármaco pueden presentar hipocalcemia, que por lo usual es transitoria. Sin embargo, este riesgo se reduce cuando la paciente recibe una dosis óptima de vitamina D (al menos 1.000 UI al día) o de calcio (al menos 1.200 mg al día) en los días previos a la administración y después de la misma.
Asimismo, se debe sugerir a las pacientes que mantengan una buena hidratación en los días de la administración del fármaco para favorecer su aclaramiento.
3. Asegurarse de la preparación e infusión correctas del ácido zoledrónico.
La dosis de ácido zoledrónico anual aprobada para osteoporosis es de 5 mg. El ámpula se debe diluir en 100 ml de solución salina isotónica (0,9%) e infundirla en no menos de 15 minutos (por lo general 30 minutos) seguido de un lavado de la línea con 10 ml de solución salina. La infusión debe ser vigilada por un profesional de la salud.
4. Atención a las reacciones durante la infusión.
Las reacciones a la infusión del fármaco ocurren entre 10% y 20% de las pacientes. Las más frecuentes son fiebre, mialgia, cefalea o un cuadro «gripal». Si ocurren estos eventos se puede tomar paracetamol o ibuprofeno, que generalmente son suficiente para limitarlas. En la mayor parte de los casos las reacciones son transitorias, aunque algunas pacientes pueden seguir presentando algún evento después de tres días. Las reacciones graves son muy raras.
5. Comentar siempre lo que se debe hacer con relación a procedimientos dentales.
Se estima que la frecuencia de osteonecrosis de la mandíbula con la dosis anual de ácido zoledrónico es baja. De ser posible, la paciente debe realizarse procedimientos dentales pendientes antes del inicio de la terapia. Si ocurre un evento dental durante el periodo de tratamiento debe ser comentado con el odontólogo para establecer la mejor forma de manejo. Por lo general se prefieren procedimientos dentales que no impliquen daño extenso al hueso o incluso extracciones. Si esto último no puede evitarse, se podría valorar esperar unos meses (entre 3 y 4) para la aplicación de la siguiente dosis de ácido zoledrónico.