Para el Farm. Pablo Ballester, que dictará en marzo el Curso Asuntos Regulatorios – Las Buenas Prácticas en los procesos Farmacéuticos, “toda capacitación que sume valor y conocimiento es útil para ampliar y robustecer nuestras competencias profesionales, que en general se dan en escenarios fuertemente regulados y dinámicos”.
En una entrevista con el DEAP, profundizó acerca de la importancia y los contenidos de este interesante curso de actualización.
¿Qué importancia adquieren las buenas prácticas en el trabajo diario en los distintos ámbitos de ejercicio profesional?
Dado el contexto de un acelerado avance y evolución de las distintas áreas farmacéuticas y que nuestras amplias incumbencias profesionales se desarrollan en escenarios regulados y dinámicos, analizar los entornos, sus variables y procesos, y conocer las Buenas Prácticas, acompañando su línea de vigencia y proyección, es esencial para potenciar nuestras competencias. Estas atraviesan todos los ámbitos de ejercicio y procesos asociados, ya sea desde la Investigación Clínica pasando por el Diseño y Desarrollo, la Manufactura y el Control, el Supply Chain y Logística, la gestión de los productos, procesos y servicios para salud en las Oficinas de Farmacias, ya sean comunitarias como hospitalarias, integrando a las personas y a la población, que en definitiva son los destinatarios de nuestras acciones e intervenciones dirigidas al cuidado y recuperación de la salud.
Capacitarnos y actualizarnos en Buenas Prácticas ya sean en forma de guías consultivas o de cumplimiento necesario. Por ser normativas, nos permiten conocer el “Qué Cumplir”, que luego traduciremos en “El Cómo”. Con criterio, evocación de experiencias y competencias profesionales en el campo operativo para alinear el “Deber Ser” al “Es”, mitigando riesgos e impactos negativos en: la salud; en la triada calidad + seguridad + eficacia, en las regulaciones, en la continuidad de la actividad de la empresa o servicio público y social.
En tu opinión ¿Qué grado de conocimiento poseen los colegas acerca de las Buenas Prácticas en los procesos farmacéuticos?
Tanto los colegas como los estudiantes avanzados de farmacia poseen conocimientos que deben actualizarse en la ciclo de vida profesional construyendo una curva positiva y continua de adquisición de información seleccionada, útil y necesaria para aplicar positivamente en cada ámbito de ejercicio e intervención profesional.
Gestionar el conocimiento e información adecuada y oportuna es condición necesaria para liderar equipos, colaborar y sumar valor, para tomar decisiones eficaces y eficientes, ya sean estratégicas como operativas, cumplir metas y objetivos demandados, en función de un análisis de riesgo e impactos, no olvidando nunca aspectos bioéticos y el foco final que es nuestra responsabilidad y contribución significativa a la Salud Publica.
¿Por qué los farmacéuticos deberían participar de este curso?
Para crecer y desarrollarnos. Para no limitarnos, potenciarnos y aplicar intervenciones de cumplimiento, adecuaciones y mejoras en los procesos y operaciones. Nuestra curva de vida profesional nos demanda un aprendizaje constante, para ser profesionales con una visión del presente y futura y de sus contextos internos y externos. Toda actualización de conocimiento e incorporación de nuevas habilidades, actitudes y aptitudes nos potencia para el desarrollo y el crecimiento de competencias, para encarar nuevos horizontes, desafíos, oportunidades y alinear nuestras intervenciones con las exigencias de cumplimiento regulatorio.
El Querer Saber, el Saber Hacer y Poder Hacer se mezclan en flujos de información, conocimientos, comunicación, relacionamiento e influencia.
Los colegas y estudiantes del último año de estudios universitarios, próximos a recibirse, al participar activamente de este curso tendrán un resultado beneficioso, por un lado por el ámbito, el Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, nuestra casa profesional, donde en un espacio de participación, de encuentro y relacionamiento profesional. Y por otro, por la adquisición de herramientas teórico-prácticas con las cuales podrán avanzar positivamente en la resolución favorable de situaciones por proyección o aplicación en la práctica diaria.
No podemos quedarnos estáticos frente a la dinámica tanto de los contextos internos y externos, y sus necesidades y demandas relacionadas, como de las Ciencias Farmacéuticas y sus regulaciones asociadas. En este sentido sin duda la experiencia, el conocimiento e información útil nos potencia como profesionales, en el desarrollo de habilidades y actitudes y para la toma de decisiones estratégicas u operativas, para realizar los procesos con alineamiento a regulaciones, y con riesgos conocidos, controlados y mitigados hasta niveles aceptables.
Por otro lado no podemos desconocer las regulaciones y las responsabilidades objetivas de nuestras intervenciones y colaboraciones actuales o potenciales, más en posiciones de Dirección Técnica o Co-Dirección Técnica u otros perfiles claves como de Gerencia o Jefatura, que por su dinámica nos demandan actualizarnos continuamente. Las Buenas Prácticas son la base de nuestra pirámide de actividades reguladas y para encarar adecuaciones para el cumplimiento y mejoras de procesos. Entiendo y creo que toda capacitación que sume valor y conocimiento es útil para ampliar y robustecer nuestras competencias profesionales, que en general se dan en escenarios fuertemente regulados y dinámicos. Además, que buena es la sinergia que resulta entre colegas en estos ámbitos de reunión.
¿Algún otro comentario sobre este Curso?
Considero que poder encontrarnos entre colegas actuales y futuros, gracias a la muy buena organización de estos cursos por parte del equipo del Departamento de Educación y Actualización Profesional del Colegio de Farmacéuticos la provincia de Buenos Aires, es de importancia significativa y contribuye por un lado a desarrollar nuestro relacionamiento, roles, competencias y potencialidades, y por otro a darnos confianza y solidez y a fortalecer la profesión. En este sentido el Departamento trabaja, en forma abierta y continua, para satisfacer las necesidades y demandas que surgen de nuestra profesión y su dinámica contextual, abordando el capital intelectual como una suma de valores humanos, estructurales, de relacionamiento e innovación.