Lo demuestra un importante trabajo de investigación español; en la Argentina, es hipertenso el 40,6% de la población
Una medida tan simple como tomar la medicación para la presión arterial de noche –en lugar de hacerlo a la mañana, como suele indicarse– puede impactar en forma contundente y positiva sobre la salud cardiovascular. Un estudio sobre más de 19.000 pacientes mostró que la administración de drogas antihipertensivas antes de acostarse disminuyó un 56% la mortalidad total por causas cardiovasculares. Pero, además, este simple cambio de estrategia logró, al controlar la presión arterial, una reducción del 45% de los episodios cardiovasculares totales, un 34% de los infartos y un 49% de los accidentes cerebrovasculares (ACV).
¿Demasiado bueno para ser real?
“Algo de eso ocurrió con este trabajo de especialistas de la Universidad de Vigo, España, titulado Hygia –dice Ernesto Duronto, jefe de Investigación Clínica y Unidad Coronaria de la Fundación Favaloro–. El artículo se publicó originalmente en octubre de 2019 y los resultados fueron tan excesivamente buenos que se pusieron en duda, algo que suele pasar en medicina. Varios especialistas mundiales en hipertensión lo cuestionaron y enviaron cartas a la Revista Europea del Corazón, donde había sido publicado. La Sociedad Europea de Cardiología decidió ponerlo ‘bajo investigación’: el comité editor de la revista pidió toda la base de datos a la universidad, contrató un experto independiente en estadística de los EE.UU. y, al demostrar que el trabajo estaba bien hecho, volvió a publicarlo en diciembre último como uno de los mejores del año para avalar la investigación y los autores”.
El médico de la Fundación Favaloro cree que estos resultados serán incorporados a las próximas guías de tratamiento de la hipertensión que se difunden periódicamente en el mundo. “Pienso que no se sumaron este año porque cuando las redactaron este artículo estaba en plena revisión, pero con los resultados confirmados esperamos una recomendación de este nuevo criterio”, explica.
En condiciones normales, la presión arterial disminuye al menos un 10% mientras dormimos. Pero existe un número importante de personas hipertensas –en la investigación fue el 50%– entre quienes esto no ocurre: son los “non dippers”, candidatos ideales para recibir los fármacos antes de acostarse en lugar de por la mañana.
“Si uno quisiera ser muy prolijo debería indicar un Monitoreo Ambulatorio de la Presión Arterial (MAPA) durante 24 horas para determinar si a ese paciente hipertenso le baja o no la presión durante la noche –añade Duronto-. Pero en nuestro país hay muchos pacientes hipertensos sin cobertura que no pueden acceder a ese monitoreo. De todos modos, lo que demuestra la investigación es que independientemente de que tengan o no ese patrón de descenso nocturno, todos se vieron beneficiados”.
Por otra parte, no existe contraindicación de horarios para las drogas antihipertensivas. “Se pueden tomar en cualquier momento del día –describe Carlos Blanco, secretario del Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial y Daño Vascular de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN) y jefe de la División Nefrología del Hospital Naval Pedro Mallo–. Las estatinas para reducir el colesterol se toman de noche, al igual que el alopurinol si está alto el ácido úrico. Pero con la medicación antihipertensiva no hay una indicación específica de horario. Y sí está demostrado que los hipertensos a quienes no les baja la presión arterial por la noche tienen un mayor riesgo cardiovascular”.
Subdiagnóstico y baja adherencia
Duronto recuerda que para ingresar al estudio Hygia primero hubo que confirmar que los pacientes fueran hipertensos a través de un MAPA de 48 horas (135/85 mg/dl); luego se los randomizó en dos grupos: unos recibían la medicación antihipertensiva de noche y otros, a la mañana. Además, debían tener al menos una consulta clínica y un monitoreo de presión arterial por año. El promedio de edad de los pacientes fue de 60 años y la media de seguimiento fue de 6,3 años.
Fuente: La Nación